jueves, 22 de noviembre de 2012

Minimalismo: menos es mejor


Poco a poco y por una necesidad interna de vaciamiento,he ido desprendiendome de muchas cosas acumuladas en mi vida.Aún no he terminado,esto continua,pero os cuento un poco como ha sido mi proceso hasta hoy:

Un día decidí hacer limpieza mental y comencé a dejar de prestar atención a todos aquellos pensamientos dañinos e inútiles que me restaban energía,después pasé a la alimentación eliminando de mi dieta alimentos tóxicos,luego le toco el turno a un montón de papeles y documentos que había acumulado durante años, más tarde fue el baño,lugar de almacenaje de muchos productos de cosmética,algunos de ellos habían sido utilizados por mi una o dos veces y luego olvidados,más tarde le toco a mi ropero (ropa,bolsos,zapatos,complementos...) Los productos de limpieza tampoco se han salvado ....he reducido su compra escogiendo solo los que tienen varias utilidades y por ultimo,hace unos pocos días comencé con los libros.Excepto algún libro de arte y poesia,el resto los he donado a la biblioteca publica.

Una amiga me dijo que esto es un poco adictivo,cuanto más te quitas,menos necesitas....y la verdad es que estoy comprobando que asi es.Lo cierto es que con ello siento ligereza y libertad.Lo recomiendo!!Dayana

El minimalismo se centra en la gestión coherente y responsable de nuestro mundo material, es decir, de nuestras pertenencias, nuestras posesiones, como contrapartida al consumismo desmesurado y a la tendencia social de llenar nuestras vidas a base de objetos innecesarios con tal de compensar el vacío existencial que sentimos.

¿Cómo implementar el minimalismo?

1. Vaciar

Una vez sabemos donde queremos aplicar el minimalismo, lo primero que tenemos que hacer es vaciar. Un trabajo realmente sencillo, seguramente el que nos llevará menos tiempo. Una observación: vaciar significa nada más y nada menos que vaciar. Es decir, lo sacamos todo, absolutamente todo fuera de la estancia en la que estamos trabajando. No tiene que quedar nada, excepto los muebles, claro
A pesar de lo simple de esta acción, ayuda mucho a sacar las primeras conclusiones. Conforme vas vaciando armarios, cajones y cajas te vas dando cuenta de la cantidad de cosas que guardabas y que hacía tanto tiemo que no usabas, así como del espacio que estaban ocupando.
Además, una vez alcanzado el vacío, percibimos una nueva imagen de la habitación. Sólo con un simple paso somos más conscientes del enorme espacio real que tenemos. Nuestro dormitorio de 12 metros cuadrados es ahora amplísimo. Podemos empezar a imaginar cómo nos gustaría que fuera al terminar con la limpieza, y se apodera de nosotros una sensación que hacía muchísimo no sentíamos: ligereza.

2. Filtrar

Después de dar el paso más simple, toca dar el paso más complejo: aplicar un filtro.
Se podría debatir largo y tendido sobre las condiciones que tiene que cumplir un objeto para considerar buscarle un lugar o por lo contrario deshacernos de él, sobre todo por la subjetividad de la condición. Intentaremos ser objetivos, así todavía será más fácil. Filtremos:

•Coger el objeto (uno por uno).
•Reconocerlo, observarlo, estudiarlo, mirarlo, y si es posible sin mucho cariño, ya que el recuerdo de lo que fue es una emoción pasada, no presente, por lo tanto irreal. Además, seguro que ya sabemos lo infructuoso y peligroso que es mantener una relación personal por pena o lástima. ¿Por qué hacerlo con un objeto? Así que cuidado con el apego material.
•Filtrar mediante una pregunta: ¿Te necesito y/o te uso?
•Contestar, teniendo en cuenta que sólo hay dos posibilidades: sí y no. En este paso dos premisas son básicas: coherencia y sinceridad. No vale la pena mentirse, caer en el autoengaño.
•Clasificar según la respuesta en dos montones. De momento ningún objeto ha vuelto a entrar en la habitación; sigue vacía.


3. EliminarTodo aquel objeto que haya recibido un NO…. NO volverá a la habitación y abandonará la casa -como en Gran Hermano - lo antes posible. Cuanto más tiempo pase en casa, aunque sea en una bolsa, más tiempo habrá pasado desde el instante preciso en que decidimos deshacernos de él y más difícil será lograrlo. Además, ¿para qué quitarlo de un espacio si lo vamos a almacenar en otro? Pronto, fuera.
Algo importante en el momento de eliminar es no confundirlo con tirar, siendo ésta la última opción, ya que antes existen otras:

•Venderlo: la más egoísta de todas, aunque muchas veces comprensible. Somos tan… -mejor no lo digo- que en muchas ocasiones nos hemos gastado un dineral en artilugios que después ni necesitamos ni usamos. Uno de los motivos por los que permanecen ahí eternamente es por el miedo a reconocer el derroche que un día hicimos en vano. Recuperar parte de lo que invertimos -aunque sea poco-, nos puede servir de consuelo o de conversión en ahorro para un día poder invertir mejor.
•Regalarlo: a alguien que conocemos y que sabemos que lo necesita o lo puede usar. Es todo un detalle para un hermano, un amigo, etc.

•Donarlo: todavía más detalle, porque esta vez también regalamos pero seguramente a alguien que no conocemos y tal vez mucho más necesitado que nosotros. Aquí insisto especialmente en un tipo de pertenencia: la ropa. Por favor, no necesitamos 4 modelos de chaqueta. Con una basta. Las otras tres pueden solucionarle el invierno a otras tres personas. ¿Qué hacemos con cuatro abrigos en el armario? ¿Combinar? ¡Buah!
•Reciclarlo: entendiendo por reciclar tanto al darle otro uso en nuestra propia casa como en dejarlo en el punto de reciclaje de nuestro barrio, abriendo las puertas a la posibilidad de que aquel material tome otra forma para otro uso.

•Tirarlo: de nuevo, todo al punto verde. Quizás aquel material no pueda reutilizarse, pero su viaje de retorno a la naturaleza tiene que implicar el mínimo impacto ambiental posible. Debemos empezar a comprender que la naturaleza nos presta la materia, así que nosotros la devolvemos de la mejor manera posible.


4. LimpiarLa habitación sigue vacía. Ya sabemos cuáles y cuántos son los objetos que volverán a entrar, con lo que también podemos hacernos a la idea de los muebles y almacenaje que vamos a necesitar. Si intuyes que te sobra un armario, un baúl, una caja, una cómoda,… antes de empezar a limpiar, sácalo de la habitación y aplica el mismo filtro que con tus pertenencias. Probablemente te sorprenderás e incluso tenías muebles de más. Aplícale el paso 3.
Por lo de limpiar… no creo que sea necesario explicar cómo.

5. OrdenarEn cuanto al orden, tampoco hay mucho que decir, ya que es un tema que daría para otro post… o unos cuantos Dejémoslo en asignar un lugar a cada objeto, algo así como su sitio, teniendo en cuenta más que nada su frecuencia de uso. Una vez decidido el sitio para cada pertenencia, sólo un consejo: respetarlo siempre.
Y voilà, ya tenemos el minimalismo aplicado a nuestra habitación. No es tan difícil ¿verdad?
¿Por dónde vas a empezar? No hace falta que sea una habitación entera. Podrías empezar por tu armario ropero, por ejemplo, o incluso por algo más pequeño como la mesita de noche. ¿Cuánto de innecesario se puede acumular en algo tan pequeño? ¡Ánimo! Simplifica tu vida
http://lospasosdelalma.blogspot.com.es/

1 comentario:

  1. Gracias Por la info, es verdad yo cada vez que estoy agobiada o algo me pongo a tirar cosas, remover cajones y despejo espacio, sienta muy bien. Un Abrazo.

    ResponderEliminar