viernes, 11 de octubre de 2013

Puedo elegir cambiar todos los pensamientos que me causan dolor.


Foto: Aprender A Callar

Los estudiantes de las escuelas Tendai, solian estudiar la meditacion antes de que el Zen llegase a Japon. Cuatro de ellos, que eran intimos amigos, se prometieron observar siete dias de silencio.

El primer dia, todos permanecieron en silencio. Su meditacion empezaba con buen pie, pero al caer la noche las lamparas de aceite se estaban apagando, y uno de los estudiantes no pudo reprimir decirle a un sirviente: "Arregla esas lamparas". Un segundo estudiante, sorprendido de oir al primero dijo: "Se supone que no podemos decir palabra alguna".

"Los dos sois idiotas, ¿Porque habeis hablado?", pregunto el tercero.

"Soy el unico que no ha hablado", concluyo el cuarto.

Las pérdidas no son pérdidas cuando se perciben correctamente.
El dolor es imposible.
No hay pesar que tenga causa alguna.
Y cualquier clase de sufrimiento no es más que un sueño.
Esta es la verdad, que al principio sólo se dice de boca, y luego, después de repetirse muchas veces, se acepta en parte como cierta, pero con muchas reservas.
Más tarde se considera seriamente cada vez más.
 Y finalmente se acepta como la verdad:
 
"puedo elegir cambiar todos los pensamientos que me causan dolor. Y hoy deseo ir más allá de las palabras y de todas mis reservas, y aceptar plenamente la verdad que reside en ellas".

UCDM

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