
Ego
Mientras una persona siga creyendo en la suficiencia de su
propio ego (formas) para dirigirle hacia una existencia en paz, alegría y libertad, nunca podrá ...ser liberada.
Mientras una persona piense que su ego consciente tiene el control total de su vida y que él solo puede manejarse con el fracaso y el éxito, nunca podrá ser libre. El ansioso ego y el Espíritu (La Naturaleza de Buda) son entidades mutuamente excluyentes. Donde está uno no puede estar el otro.
Por supuesto, ningún individuo consciente puede actuar sin un sentido de identidad. El ego del que estamos hablando es aquel que se valora y se juzga a sí mismo tal como valora y juzga a todas las personas y cosas de su entorno. El ego, entonces, es una criatura ficticia. No tiene una existencia real. Es un general-fantasma que debe ser relevado de su puesto únicamente siendo superado, al no darle importancia.
Si acepta su ayuda e intenta todos los remedios que le proporciona el ego con desesperación, será sólo cuestión de tiempo hasta que descubra que el pelo rizado no puede resolver
una crisis existencial, o que una cadena de oro y una prenda de vestir lujosa tampoco puede ahogar una llamada espiritual.
Nada habrá cambiado a mejor. Todavía se sentirá como un
extraño... un extraño desconcertado y, después de varios meses aplicando esos remedios del ego, en números rojos. Su angustia se intensificará en consecuencia y terminará por regresar a la ciénaga en peores condiciones que cuando la dejó.
Uchiyama Roshi del Templo Antaiji de Japón suele describir esta autodestrucción como una situación que comienza con el hombre bebiendo el sake, entonces después de cierto tiempo se transforma en el sake bebiendo al sake, y finalmente termina como el sake bebiendo al hombre. Y así sucede con toda una variedad de drogas, legales e ilegales, que comienzan prometiendo liberar al hombre de sus problemas y terminan empeorando sus problemas y matándole en el proceso.
Vivir en zen es disfrutar la vida, en un afortunado, precioso, lúcido momento, puede discernir lo que es obvio y ver que la vida es simplemente muy dolorosa y amarga y que después de todos sus años de ensayo, ha fallado completamente en disminuir el dolor y endulzar la experiencia.
Esta conclusión ha de ser alcanzada; y no importa cuánto tiempo le lleve a una persona alcanzarla, o cuánto ha sufrido hasta ese momento, o incluso cuántos crímenes ha cometido en el proceso. Sólo importa que llegue a esa comprensión.
Vivir en la rueda del Sámsara es sufrir. Vivir bajo la tiranía del ego es una batalla sin fin que no puede terminar en victoria. Mientras el tirano viva, nos tiraniza. Somos fustigados. La salvación, por tanto, comienza confesando la derrota. Simplemente acepta y deja fluir, no hacer del ego tu casa, no le des importancia, asi seras feliz, al fluir nada falta y nada sobra
Mientras una persona siga creyendo en la suficiencia de su
propio ego (formas) para dirigirle hacia una existencia en paz, alegría y libertad, nunca podrá ...ser liberada.
Mientras una persona piense que su ego consciente tiene el control total de su vida y que él solo puede manejarse con el fracaso y el éxito, nunca podrá ser libre. El ansioso ego y el Espíritu (La Naturaleza de Buda) son entidades mutuamente excluyentes. Donde está uno no puede estar el otro.
Por supuesto, ningún individuo consciente puede actuar sin un sentido de identidad. El ego del que estamos hablando es aquel que se valora y se juzga a sí mismo tal como valora y juzga a todas las personas y cosas de su entorno. El ego, entonces, es una criatura ficticia. No tiene una existencia real. Es un general-fantasma que debe ser relevado de su puesto únicamente siendo superado, al no darle importancia.
Si acepta su ayuda e intenta todos los remedios que le proporciona el ego con desesperación, será sólo cuestión de tiempo hasta que descubra que el pelo rizado no puede resolver
una crisis existencial, o que una cadena de oro y una prenda de vestir lujosa tampoco puede ahogar una llamada espiritual.
Nada habrá cambiado a mejor. Todavía se sentirá como un
extraño... un extraño desconcertado y, después de varios meses aplicando esos remedios del ego, en números rojos. Su angustia se intensificará en consecuencia y terminará por regresar a la ciénaga en peores condiciones que cuando la dejó.
Uchiyama Roshi del Templo Antaiji de Japón suele describir esta autodestrucción como una situación que comienza con el hombre bebiendo el sake, entonces después de cierto tiempo se transforma en el sake bebiendo al sake, y finalmente termina como el sake bebiendo al hombre. Y así sucede con toda una variedad de drogas, legales e ilegales, que comienzan prometiendo liberar al hombre de sus problemas y terminan empeorando sus problemas y matándole en el proceso.
Vivir en zen es disfrutar la vida, en un afortunado, precioso, lúcido momento, puede discernir lo que es obvio y ver que la vida es simplemente muy dolorosa y amarga y que después de todos sus años de ensayo, ha fallado completamente en disminuir el dolor y endulzar la experiencia.
Esta conclusión ha de ser alcanzada; y no importa cuánto tiempo le lleve a una persona alcanzarla, o cuánto ha sufrido hasta ese momento, o incluso cuántos crímenes ha cometido en el proceso. Sólo importa que llegue a esa comprensión.
Vivir en la rueda del Sámsara es sufrir. Vivir bajo la tiranía del ego es una batalla sin fin que no puede terminar en victoria. Mientras el tirano viva, nos tiraniza. Somos fustigados. La salvación, por tanto, comienza confesando la derrota. Simplemente acepta y deja fluir, no hacer del ego tu casa, no le des importancia, asi seras feliz, al fluir nada falta y nada sobra
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